La Malaria

anophelesLa Malaria o Paludismo es una de las amenazas sobre la salud a las que todo viajero ha de enfrentarse cuando se desplaza a zonas tropicales, ya que se trata de una enfermedad que en algunos casos puede llegar a ser mortal.

El contagio se produce por la picadura de un mosquito (anopheles) y, al no existir una vacuna que proteja frente al contagio del parásito que trasmiten (Plasmodium), los frentes para protegerse de la enfermedad se basan en intentar evitar las picaduras de insectos y en una quimioprofilaxis del viajero utilizando sustancias químicas sintetizadas en laboratorio para prevenir el desarrollo de la enfermedad.

En el post de la Salud Durante el Viaje ya tratamos algunos consejos a seguir para evitar las picaduras de insectos, que se ofrecen en todos los centros de atención al viajero, que a continuación ampliamos y que se aconsejan seguir en la medida de las posibilidades:

  • Dormir en habitaciones climatizadas o protegidas con mallas antimosquitos en las ventanas.

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Detalle de mosquitera de ventana

  • Utilizar insecticidas en el interior de recintos cerrados en los que se pretenda estar, pero sin abusar de estos productos. Para ello se pueden utilizar insecticidas o repelentes pulverizados o algún tipo de sistema antimosquitos con piretrinas como, por ejemplo, repelentes conectados a la corriente (típico enchufe), espirales o velas antimosquitos. Aunque siempre es más aconsejable utilizar remedios naturales, como sería el caso de la flor del crisantemo, que contengan piretrina de forma natural.
  • Utilizar mosquiteras para dormir y si están impregnadas con repelentes antimosquitos (piretrina al 13,3%) mejor que mejor pero, en el caso de que no sea así, se aconseja pulverizar con repelentes antimosquitos toda la malla y muy especialmente las zonas en la que existan más posibilidades de introducirse insectos, como son los cierres de la mosquitera. La mosquitera debe colocarse de tal forma que quede perfectamente cerrada y no tenga abertura por la que pueda introducirse ningún insecto, por lo que se aconseja instalarlas en un punto fijo sobre la cama e introducir los bordes que caen bajo el colchón. El tamaño de malla aconsejado es de 1,5 mm. Normalmente en todos los alojamientos donde los insectos son una amenaza suele haber mosquiteras en la camas aunque, si no fuera el caso, son fáciles de encontrar en grandes superficies y tiendas especializadas en un formato compacto y ligero (entre 450 gr y 170 gr en función de que sea de formato doble o individual) y a precios más o menos asequibles en función de que estén impregnadas o no de repelente antimosquitos (entre los 18€ del formato individual no impregnado de repelente y los 45€ del formato doble si impregnado de repelente).

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Detalle de malla de mosquitera

  • Vestirse con ropa larga y evitando los colores oscuros durante los momentos de mayor actividad de los insectos, que suele ser al amanecer y al anochecer.
  • Procurar evitar zonas con aguas estancadas durante los momentos de mayor actividad de los insectos.
  • Aplicar repelentes antimosquitos en aquella zona del cuerpo que la ropa deje al descubierto. Aconsejándose repelentes que contentan dietiltoluamida (DEET) al 35-40% o piretrina. Recordando que, antes de su aplicación de forma extendida, es aconsejable probar a aplicar una pequeña cantidad en una pequeña zona del cuerpo para ver si ocasiona algún tipo de reacción no deseada (irritación o quemazón excesiva) y que bajo ningún concepto el producto ha de entrar en contacto con los ojos. Las marcas de repelentes antimosquitos más populares son Relec®, Autan®, Halley® y Goibi®. Así que consultar al farmacéutico y seguir las instrucciones del fabricante para realizar la mejor elección y utilización del producto, ya que no conviene abusar de su uso.

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Ejemplos de repelentes antimosquitos

En lo referente a la quimioprofilaxis, ya las culturas antiguas como la precolombina descubrieron que ciertos elementos naturales podían servir para luchar contra los efectos de la malaria. Este es el caso del Árbol del Quino (Cinchona pubescens), de cuya corteza se extrae la quinina y que, troceada y molida dicha corteza, ha sido utilizada como remedio para prevenir el paludismos desde siglos atrás (aunque en la actualidad posiblemente es más conocida por su aplicación en la elaboración de bebidas, como la tónica). Es fácil encontrar este árbol en Perú, Ecuador y Bolivia, por lo que si se viaja a las selvas de estos países seguro que se tiene la oportunidad de ver y conocer de primera mano como se utiliza.

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Píldoras Febrifugo-Antipalúdicas del Tormes, año 1890 (Museo de la Farmacia Hispana – UCM)

Pero con los años las farmacéuticas han desarrollado productos de laboratorio que han dejado a un lado la utilización del quino y ya existen en el mercado varios medicamentos para prevenir la enfermedad, que trataremos en otro post sobre tratamientos actuales para prevenir la malaria. Estos medicamentos, si se ha sido contagiado, actúan sobre el parásito evitando su desarrollo y el de la enfermedad.

Si a pesar de estas técnicas preventivas se sufre el contagiado y se desarrolla la enfermedad, ésta se produce porque el parásito ha conseguido alojarse en el hígado y desarrollar el proceso causante de la enfermedad. Los síntomas pueden variar debido a que existen diferentes tipos de malaria (no es igual en todas las zonas de riesgo), pero los más típicos son: fiebre, escalofríos, dolor de cabeza,  sudoración, dolores musculares, náuseas, vómitos, tos y algún otro más desagradable. Por ello, ante el menor indicio, hay que recurrir a un centro médico pasa ser tratado.

Cabe recordar que el parásito puede permanecer latente en el hígado durante meses y no manifestarse hasta tiempo después de haber sido infectado. Por eso hay que tener presente que la enfermedad se puede desarrollar tiempo después de haber regresado del destino visitado y por ello hay que permanecer alerta y, ante cualquier síntoma, acudir al médico e indicar que se ha estado en una zona de riesgo.

La base del tratamiento ante la enfermedad es la misma que la utilizada para la quimioprofilaxis preventiva, solo que en este caso las pautas de medicación son más exigentes y agresivas y, una vez superada la enfermedad, suele ser común el que con el tiempo se manifiesten síntomas de forma recurrente.

Hay que decir que en la actualidad hay varios frentes, bastante avanzados, para el desarrollo de la vacuna contra la epidemia que representa la malaria y que esperemos que en el menor tiempo esté disponible.

Finalizo el post con la adaptación de una frase que escuché una vez a un guía en África y que se puede hacer extensible a todas las zonas de riesgo de malaria y a todas las personas que pasan largos periodos de estancia en dichas zonas o viajan frecuentemente a las mismas: «hay dos tipos de personas en las zonas de riesgo de malaria, las que han pasado la enfermedad y las que la van a pasar«.

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