La Capadocia representa uno de esos lugares del planeta cuya visita debe estar obligatoriamente en la lista de destinos de cualquier viajero.
En esta región de Anatolia Central los caprichos de la naturaleza han dado lugar a un entorno geológico único y espectacular, declarado Patrimonio de la Humanidad, que deja a todo visitante con la boca abierta y con la sensación de encontrarse en otro planeta o inmerso en una civilización muy arcaica.
Goreme (Capadocia, Turquía)Para conocer la Capadocia la mejor opción es tomar como punto de partida el pequeño pueblo de Goreme, que se encuentra en el mismo valle que lleva su nombre y en el que, de forma increíble, sus habitantes han conseguido hacer habitables las singulares rocas que hacen tan característica la región de la Capadocia.
Para ello sus antiguos moradores excavaron en la dura piedra cavidades intercomunicadas, e incluso a diferentes niveles.
Inicialmente fueron viviendas o lugares de culto, pero con el tiempo y la fama del lugar se han transformando en alojamientos y atracciones turísticas en muchos casos.
Pueblo de Goreme (Capadocia, Turquía)La singularidad y excepcionalidad del lugar invitan a hacer parada durante varios días en Goreme y, desde aquí, visitar con la tranquilidad que se merece el resto de la Capadocia.
Las opciones para llegar a Goreme son múltiples, pero nosotros nos decantamos por una de las más cómodas.
Partiendo de Estambul decidimos tomar un vuelo interno de Turkish Airlines entre Estambul (Ataturk Airport) y Nevsehir, ciudad situada a unos 40 Km. de nuestro destino.
El precio del vuelo fueron 94 Liras Turcas (TRY), lo que equivale a unos 36,5 €.
Para salir del aeropueto de Nevsehir, con antelación al vuelo, reservamos un transporte privado en una furgoneta de pasajeros (shuttle) directo a Goreme y que compartimos con más viajeros para hacer el trayecto más económico.
Así que solo tuvimos que salir del aeropuerto y dar con el servicio contratado.
El shuttle lo contratamos por 15TRY por persona (6 €), a través de la empresa Aegus, y en menos de 1 hora ya estábamos en Goreme.
La opción del shuttle nos salió algo más cara, que tomar un autobús desde el aeropuerto a la estación de autobuses (otogar) de Nevsehir y desde aquí a la otogar de Goreme.
Pero por el tiempo ahorrado mereció la pena.
Pueblo de Goreme (Capadocia, Turquía)En nuestro caso nos decidimos por visitar el lugar en el mes de marzo y, aunque el tiempo es menos placentero (incluso nos nevó), la tranquilidad de encontrar alojamiento con facilidad y el no ver un número elevado de visitantes nos confirmó que era una buena fecha para viajar hasta allí. Además, fuera de temporada alta, es mucho más fácil encontrar buenos precios para todo.
Cuesta imaginar el trabajo que tuvo que suponer el horadar las rocas hasta conseguir espacios habitables, aunque el concepto de habitable seguramente difiere de lo que podemos estar acostumbrados.
Pero el caso es que, mires a donde mires, hay rocas agujereadas y llenas de vanos por todos los sitios como si, en lugar de duro mineral, estuvieran hechas de corcho o poliespan.
Los antiguos habitantes del lugar aprovecharon las famosas chimeneas de hadas (singulares formaciones de roca de forma alargada y/o cónica) que plagan el valle para convertirlas en sus lugares de culto, viviendas o estancias para animales (los famosos palomares).
La dureza de semejante continente ha permitido que muchas de las estructuras se conserven hasta nuestros días y que sigan teniendo uso en la actualidad, aunque bastante diferente al original en muchos de los casos.
El turismo ha sabido explotar la singularidad de estas construcciones y en numerosos casos han sido aprovechadas en su beneficio (un gran número de alojamientos utilizan como reclamo el disponer de alguna estancia, por mínima que sea, excavada en la roca).
Aunque no todas las antiguas chimeneas de hadas han tenido la misma suerte, siendo fácil ver como el tiempo y el abandono han permitido su deterioro.
Chimenea de hadas en el pueblo de Goreme (Capadocia, Turquía)El pueblo ofrece magníficas estampas, regalando grandes postales a los amantes de la fotografía y de las buenas vistas.
Al estar en un valle no es difícil encontrar estupendos miradores desde los que contemplar el lugar y, ya en el interior, mientras se camina por sus calles también es fácil disfrutar de buenos paseos e imaginar que se está en un lugar prehistórico, o de ciencia ficción, aunque su origen realmente pueda ser de la época de los romanos.
Típicas chimeneas de hadas en el pueblo de Goreme (Capadocia, Turquía)La obra de los lugareños y el entorno se integran perfectamente en muchas zonas, por lo que el pueblo llega a camuflarse de forma singular en el paisaje y hace que el conjunto sea espectacular.
Populares chimeneas de hadas en el pueblo de Goreme (Capadocia, Turquía)Sin duda, es un buen punto de partida para conocer la Capadocia. Por su singularidad y porque dispone de todos los servicios necesarios para hacer que la estancia allí sea cómoda, placentera y entretenida.
Desde Goreme se puede acceder a la mayoría de valles y pueblos que conforman la Capadocia y para visitarlos la oferta es amplia, ya que la actividad turística está muy explotada desde hace algún tiempo.
Así que, entre alquilar una bici y subir en globo, se pueden encontrar todas las alternativas de transporte y propuestas, más o menos atractivas y económicas, que se os puedan ocurrir para conocer la región.
Pueblo de Goreme (Capadocia, Turquía)La opción de visitar a pie (gastando suelas) la gran mayoría de valles que conforman este singular paisaje es totalmente factible, existiendo numerosos senderos más o menos señalizados para ello.
Pero para aquellos lugares algo más alejados, desde la otogar de Goreme salen autobuses o Dolmus al resto de localidades singulares de la Capadocia. Los precios por trayecto son asequibles, pero los horarios de salida implican combinaciones en los trayectos algo complicadas en determinados casos.
Dicho lo cual, de todo lo que en la región se puede visitar, nosotros recomendamos principalmente las siguientes visitas partiendo de Goreme:
Al haber viajado a la Capadocia durante el mes de marzo, la disponibilidad de alojamientos fue muy variada y no tuvimos problemas en encontrar buen hospedaje, incluso sin reserva previa.
Pero por lo que allí nos contaron, la cosa tiene toda la pinta de ser muy distinta durante la temporada alta de visitas, en la que reservar con antelación parece ser más que aconsejable.
Hotel en Goreme (Capadocia, Turquía)En nuestro caso nos alojamos durante 3 días en un pequeño hotel, a buen precio (75TRY por noche) y con el desayuno incluido.
El hotel se encontraba (y se supone que ahí seguirá) en una zona céntrica del pueblo y disponía de habitaciones bastante amplias, limpias, bien acondicionadas y decoradas de una forma sobria a partir telas, alfombras y adornos tradicionales.
Tanto el interior como el exterior del edificio intentaban mimetizarse con la imagen típica del entorno, basando su construcción en la piedra.
Esto es algo típico de la mayoría de edificios en la zona, al igual que el disponer de una buena terraza con vistas.
En nuestro caso se encontraba en la parte alta del hotel y se utilizaba para ofrecer los desayunos, aunque en verano seguro que se le puede sacar mejor partido.
El dueño del hotel, que se hacía llamar Sergio y decía ser oriundo del lugar, se ofrecía como guía turístico a sus inquilinos, pudiendo acordar un precio para ello.
Nosotros decidimos ir por libre y él, amable y generosamente, se ofreció a llevarnos en su coche hasta el inicio de los valles más alejados (volver ya fue cosa nuestra).
Esta opción de transporte gratuito nos dijo que la ofrecía a todos los visitantes que se alojan en su hotel.
Nuestra estancia allí fue muy buena y durante 2 de los 3 días fuimos los únicos inquilinos del hotel. La temporada baja es lo que tiene, tranquilidad.
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