La Sagrada Familia (Barcelona): Templo de luz y color

La primera vez que visitamos Barcelona fue, aproximadamente, hace quince años. Desde entonces y hasta hoy muchas cosas han cambiado en la capital catalana pero, de todas ellas, es el Templo de la Sagrada Familia la que más hemos visto cambiada y nos ha impresionado.

Vista exterior de la Sagrada Familia (Barcelona)
Vista del exterior de la Sagrada Familia en Barcelona

Aquel monumento arquitectónico concebido por Antoni Gaudí que conocimos a principios del siglo XXI ha continuado su avance año tras año hacia la finalización de su colosal construcción, comenzada en 1882 y que se prevé terminar en 2026.

En esta segunda visita al Templo Expiatorio de la Sagrada Familia (su nombre original) tuvimos la suerte de poder conocer su interior. Compramos anticipadamente la entrada básica (15 €) por internet, para asegurar que no nos quedábamos sin ella y evitar colas en taquilla, y durante cerca de 45 minutos disfrutamos de uno de los edificios más impresionantes que hemos visitado hasta hoy.

Vista exterior de la Sagrada Familia (Barcelona)
Vista exterior de la Sagrada Familia (Barcelona)

15 años atrás (2000) la bóveda central de la basílica estaba en construcción. Hoy esta maravilla arquitectónica está prácticamente finalizada y se puede contemplar hasta la extenuación. De todo lo que pudimos ver durante nuestra experiencia “turístico-litúrgica” en la Sagrada Familia, lo que más nos impresionó fue la nave central ¿El motivo? La extraordinaria combinación de un diseño arquitectónico rompedor y la utilización de la luz para inundar de color un espacio diáfano descomunal.

Interior de la Sagrada Familia (Barcelona)
Interior de la Sagrada Familia (Barcelona)

Dicen que Gaudí buscó una arquitectura basada en lo orgánico para crear el templo, lo que justificaría la singular construcción en forma de árbol de las 36 columnas repartidas entre la nave central y las laterales. Sus “ramas” se unen e insertan en el techo y la bóveda tan sorprendentemente que buena parte de la visita uno la pasa mirando al techo en un estado de perplejidad. Pero el nivel de asombro llega a su cumbre cuando se descubre la “sencillez” con la que se llena de color el «bosque de piedra gris» que representan las columnas y su entorno.

Vista del interior de la Sagrada Familia (Barcelona)
Vista del interior de la Sagrada Familia (Barcelona)

La luz es protagonista en la Sagrada Familia y Gaudí supo explotarla para decorar y dar alegría a la basílica.

El exterior de este santuario católico no delata en ningún momento el colorido aspecto de su interior. Antes de entrar uno se espera lo que normalmente muestran las antiguas catedrales góticas; poca luz natural, mucha sobriedad y no demasiados colores vivos.

Bóveda de la Sagrada Familia (Barcelona)
Bóveda de la Sagrada Familia (Barcelona)

Sin pretender desmerecer el maravilloso patrimonio que representan los antiguos templos de los siglos XII y XIII, y entendiendo que los avances constructivos actuales lo permiten, hay que reconocer que la basílica de Gaudí explota de una forma notable el extraordinario poder de la luz natural.

Vidrieras en la Sagrada Familia (Barcelona
Vidrieras en la Sagrada Familia (Barcelona)

Las rayos de poniente y levante se adentran en el templo expiatorio a través de enormes  ventanales decorados con llamativas y coloridas vidrieras, obra de un artesano y maestro vidriero catalán.

Vidrieras de colores en la Sagrada Familia (Barcelona)
Vidrieras de colores en la Sagrada Familia (Barcelona)

El efecto cromático que generan los cristales de diferentes colores de las vidrieras lo interpretamos como una alegoría al Mediterráneo. Imaginando que los tonos rojizos y anaranjados hablaban de la calidez del clima y el calor de sus gentes, los azules del vecino mar y los verdes de la alegría de la cultura mediterránea.

Cristalera en la Sagrada Familia (Barcelona)
Cristalera en la Sagrada Familia (Barcelona)

Pero la realidad es que las llamativas vidrieras representan temas variados que, en su práctica mayoría, se asocian a relatos del cristianismo. Como la Resurrección, los Santos, parábolas y la pureza.

Adicionalmente estos ventanales muestran mensajes escritos y nombres asociados a los temas religiosos que representan. Así que, si tu nombre proviene de la tradición católica, un entretenido reto o juego es intentar localizarle entre las decenas de inscripciones de la basílica.

Detalle de una vidriera en la Sagrada Familia (Barcelona)
Detalle de una vidriera en la Sagrada Familia (Barcelona)

Sea como fuere, y con independencia de la interpretación que se haga de lo visto, la realidad es que la Sagrada Familia es una auténtica maravilla. Siendo la luz y el color dos de sus elementos protagonistas y diferenciadores frente a otros templos religiosos.

Tras nuestro reciente paso por semejante obra arquitectónica, la experiencia vivida nos hace recomendar su visita a todo aquel que se acerque a Barcelona y pueda permitirse pagar la entrada.

Colorida vidriera en la Sagrada Familia (Barcelona)
Colorida vidriera en la Sagrada Familia (Barcelona)

Entendemos que sea la tercera atracción turística más visitada de España, tras la Alhambra (Granada) y el Museo del Prado (Madrid), y estamos deseosos de que su construcción finalice para volver a visitarla por tercera vez y conocer el resultado final. Guardaremos paciencia hasta 2026.

Información práctica para la visita

Para evitar colas engorrosas a la hora de comprar la entrada, y asegurarse el poder realizar la visita en el día planificado, es recomendable comprar la entrada por adelantado a través de la página web de la Sagrada Familia.

Hay diferentes tipos de entradas y precios, en función de los lugares del templo a los que se quiera acceder y de si se quiere disponer de guía durante la visita. La entrada básica (15 €) permite acceso a la nave central sin guía y es la más barata. La entrada más cara permite lo que la básica, incluye audioguía y permite el acceso a las torres por 29 €.

Los elevados precios de las entradas, bajo nuestra opinión, es el único “pero” que le ponemos a la visita. Pero también es justo decir que hay la opción de entradas gratuitas o más baratas para determinados colectivos (niños menores de 10 años, desempleados, grupos, estudiantes, poseedores de la tarjeta Barcelona Press Card,…).

Las entradas se puedes adquirir hasta 15 minutos antes de la hora de cierre, que varía en función de la época del año. Siendo entre los meses de Abril y Septiembre cuando el horario es más extenso (09:00-20:00 h).

Toda la información sobre horarios de visita, entradas y descuentos se puede consultar a través de la misma web de la Sagrada Familia.

Finalmente, y si se tiene la posibilidad de elegir, para garantizar el poder disfrutar de los efectos de la luz en el interior del templo, es conveniente realizar la visita en días soleados y con el sol no muy bajo.

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Cómo llegar hasta la Sagrada Familia

La Sagrada Familia de Barcelona se encuentra en la Calle Mallorca con Calle Marina, encontrándose el acceso en el número 41 de la Calle Marina.

No está muy lejos andando del casco antiguo de Barcelona. Concretamente a unos 30 minutos de Plaza Cataluña y 40 del otro gran templo católico de la ciudad en el Barrio Gótico, la Basílica de Santa María del Pi). Haciendo una ruta por los edificios modernistas de la ciudad (Palau de la Música, Casa Batlló, La Pedrera y Palau Macaya)  se puede llegar a pie de una forma entretenida desde el centro hasta la Sagrada Familia.

Las líneas L2 y L5 del suburbano tienen parada junto a la Sagrada Familia en la estación del mismo nombre, que se encuentra en la esquina de la Calle Marina con la Calle Provença.  El billete sencillo cuesta 2,15 €.

Dónde Alojarse cerca de la Sagrada Familia

Durante nuestra visita optamos por alojarnos en un apartamento turístico en Barcelona a escasos metros de la Sagrada Familia. Hasta el punto de poder ver su fachada desde la ventana y la terraza de alojamiento.

Terraza apartamento turístico (Barcelona)
Terraza apartamento turístico (Barcelona)

Para nosotros fue toda una novedad, ya que hasta ahora siempre habíamos optado por alojarnos en hoteles en las grandes ciudades. Pero tenemos que reconocer que el cambio fue todo un acierto en esta ocasión.

Apartamento turístico en Barcelona
Apartamento turístico en Barcelona

Por su ubicación, además de acercarnos a la Sagrada Familia, nos permitió disfrutar del centro de Barcelona alojándonos en un barrio más tranquilo y con todas las comodidades para poder sentirse como en casa.

Cocina de apartamento turístico (Barcelona)
Cocina de apartamento turístico (Barcelona)

En definitiva, tras la buena experiencia vivida, no será la última vez que optemos por alojarnos en un apartamento.

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