Düsseldorf (Alemania): Qué ver y hacer

Düsseldorf es la capital de Renania del Norte-Westfalia y una de las principales ciudades alemanas, representando el principal centro económico de la Alemania Occidental.

Se encuentra a unos 560 km al oeste de Berlín, en el lado más oriental del país germano, muy próxima a otra popular ciudad alemana, Colonia (a 50 Km al sur), y a la frontera con los países vecinos de Bélgica y Holanda.

La ciudad está dividida por las aguas del río Rin, que cruza de este a oeste por su centro histórico. Esta parte antigua de la ciudad aún conserva gran parte de su esencia tradicional y es conocida como «La Barra Más Larga del Mundo”, debido al gran número de bares y restaurantes que hay abiertos en sus calles.

Por su importancia económica, Düsseldorf también es una urbe con una importante presencia de extranjeros, que viven en la ciudad o en sus alrededores para trabajar en las numerosas empresas internacionales presentes en la zona.

Todos estos motivos la convierten en una ciudad moderna y cosmopolita, en la que la tradición y la vanguardia se combinan a ambas orillas del Rin.

Nosotros visitamos Düsseldorf en el mes de marzo, cuando el tiempo empieza a dar una tregua y permite disfrutar de la vida en la calle, y comprobamos que una escapada de dos días es suficiente para conocer sus principales encantos…siempre y cuando no te dejes atrapar por los bares de su centro histórico.

El Centro Histórico

Representado por el distrito de Alstadt, que es el barrio más popular de la ciudad y el corazón del viejo Düsseldorf.

Se le conoce como «la barra más larga del mundo» porque en menos de un kilómetro cuadrado hay abiertos más de 100 locales (entre bares y restaurantes).

Sus estrechas calles son un bullicio y un ir y venir de gente, que aprovechan los días de buen tiempo para disfrutar de la tradicional cerveza tostada local (Altbier) al aire libre y, llegada la noche, se dejan llevar por la animada vida nocturna del lugar.

Para disfrutar de una buena cerveza local recomendamos ir a Bolkerstraße, una amplia calle con salida al río que se llena de gente, entre la que deambulan los camareros (Köbesse) de los locales contiguos sin parar de servir cerveza y apuntando las rondas en los posavasos.

Como principales puntos de interés de esta parte de la ciudad se encuentran Burgplatz, una amplia plaza de edificios tradicionales y buenos restaurantes en la que destaca la antigua torre del ya desaparecido castillo del Conde de Berg, La Basílica de Sankt Lambertus (s. XIII), con su llamativa torre puntiaguda, la barroca Iglesia de San Andreas (s. VII) y Markplazt, una bonita plaza en la que se encuentra el Ayuntamiento y el monumento ecuestre de un importante personaje local (Jan-Wellem).

En Burgplatz encontramos un lugar perfecto para cenar, un tradicional restaurante con una amplia terraza en el que pudimos disfrutar de la gastronomía típica alemana, con salchichas Nuremberg, puré de patata, col y un rico apfelstrudel. Todo ello  acompañado de la rica cerveza local.

El lujo de Königsallee

Königsallee  es un bonito boulevard en que se pueden encontrar algunas de las tiendas más exclusivas y hoteles de lujo de la ciudad de Düsseldorf.

A ambos lados de este lujoso boulevard, separados por un canal de agua,  no es difícil ver circular impresionantes vehículos de alta gama y gente con bolsas de tiendas de primeras marcas en ropa, complementos y joyería.

En Düsseldorf están muy orgullosos de su lujosa calle, hasta el punto de que no encontraréis a nadie que no os recomiende visitarla.

A orillas del Rin

La orilla del Rin a su paso por el centro histórico de Düsseldorf es uno de los lugares más concurridos y con más encanto de la ciudad.

Su paseo fluvial está plagado de bares y terrazas en los que se congrega la gente para disfrutar del buen tiempo mientras se come o toma algo en compañía de las amistades. El ambiente es estupendo y las vistas también.

A la altura de Burgplatz hay unas concurridas escaleras que dan al río en las que la gente se sienta con su bebida  a tomar el sol o ver el atardecer.

El Rín es navegable, así que otra de las formas de conocer la ciudad es desde sus aguas. En los diques del centro de la ciudad es posible contratar excursiones fluviales para ver Düsseldorf desde otro punto de vista.

La arquitectura de Zollhof

Siguiendo el curso del Rin hacia el sur es posible llegar andando hasta Zollhof, el inicio de los embarcaderos de la ciudad, donde se encuentran algunos de los símbolos de la moderna arquitectura de Düsseldorf.

Lo primero que nos encontramos fue la Torre del Rin (Rheinturm), con sus más de 240 metros de altura, que la hacen visible desde todos los puntos de la ciudad y es una buena referencia para guiaros hasta esta parte de Düsseldorf. Es una torre de telecomunicaciones de principios de los años ochenta que se ha convertido en seña de identidad del skyline de la ciudad.

Unos metros más al sur se encuentran los edificios del famoso arquitecto estadounidense Frank Gerhy. Un conjunto de tres edificios singulares con una sinuosa y llamativa  fachada en el número 26 de Stromstraße. En la zona de la Marina de Düsselldorf.

Algo más al sur y al otro lado el embarcadero se encuentra el que a nosotros más nos llamó la atención. No se trata de una construcción tan complejo en apariencia, arquitectónicamente hablando, pero sí es igual o más llamativa que las anteriores.  Se trata de  Julo-Levin-Ufer, perfectamente reconocible por su colorida fachada de “hombres rana” escalando hacia la azotea.

Hay que reconocer que el edificio es curioso y singular.

Japón en Dusseldorf a través de EKO-Haus

La importante colonia japonesa existente en Düsseldorf ha propiciado la existencia de un centro de cultura japonesa cuya visita merece la pena.

Se trata de un conjunto de edificios en el interior de un jardín típico japonés que trasladan al visitante a la cultura del país nipón.

La entrada a los jardines es gratuita, pero para visitar el templo ceremonial hay que pagar una simbólica entrada de 1,5€.

También organizan actividades, como asistir a la tradicional ceremonia del té japonés, cursos de  relajación y charlas culturales. Pero están pensadas, más que para los visitantes, para los locales. Ya que todo se hace en Alemán o Japonés.

Al encontrarse en un barrio residencial algo apartado del centro, en Brüggener Weg 6, es conveniente acercarse en transporte público. La mejor opción es el autobús (834, 836, 828 hasta Niederkasseler Kirchweg), desde cuya parada más próxima hay que andar unos minutos para llegar.

¡Buen viaje y a disfrutar!