A unos 180 kilómetros al Noroeste de Atenas se encuentra otro de los destinos viajeros por excelencia del territorio heleno, Delfos. Una pequeña ciudad en las laderas del Monte Parnassos, y próxima al Golfo de Corinto, con una gran historia a sus espaldas.
Durante muchos siglos Delfos (Delphi) representó el centro espiritual y religioso de la antigua Grecia, que la la mitología griega identificaba como el Centro del Mundo y en el que se encontraba el famoso Oráculo de Delfos.
Ciudad de Delfos (Grecia)
En la actualidad constituye uno de los yacimientos arqueológicos más relevantes del mundo, motivo por el que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, al que llegan todos los años miles de viajeros para visitar los restos de tan imponente pasado.
Nosotros llegamos a Delfos en autobús, procedentes de Atenas, para conocer este emblemático lugar durante una estancia de un día, antes de continuar nuestro viaje hacia Kalambaka, Kastraki y Meteora.
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Además de su famoso yacimiento arqueológico, en Delfos también se puede disfrutar de un entorno natural espectacular entre arbolados montes hasta la Bahía de Itea. En realidad, la combinación de ambos, yacimiento y naturaleza, hace que el viaje hasta Delfos merezca a un más la pena.
El yacimiento se encuentra repartido entre las terrazas del Monte Parnassos, por lo que el recorrido para visitar las ruinas se puede llegar a considera una entretenida ruta de senderismo entre restos arqueológicos.
Eso sí, para poder gastar suelas por su yacimiento, es necesario pagar una entrada de 6 € que da acceso a las diferentes partes en las que se divide el sitio arqueológico.
Aunque los orígenes de Delfos son previos, fue durante los siglos VIII y VII a.c. cuando su santuario comenzó a tomar forma con la construcción de los primeros templos dedicados al culto de Apolo y Athenea.
Pero el esplendor de Delfos tuvo lugar entre los siglos VI y IV a.c., periodo en el que se llevó a cabo la construcción de numerosos edificios y elementos de adoración a Apolo dentro de lo que se conoce como el Santuario de Apolo. Que constituye la parte principal del yacimiento que se puede visitar en la actualidad.
El recinto arqueológico se encuentra a las afueras del casco urbano de Delfos, al Este, y desde la entrada al mismo se abre paso un sendero habilitado (camino sagrado) que, ascendiendo por la ladera del monte Parnassos, va abriéndose paso por los diferentes edificios que formaban parte del santuario.
La piedra utilizada en su construcción, como era de esperar, difícilmente ha aguantado el paso del tiempo y por eso la mayoría de elementos arquitectónicos muestran un gran deterioro. Pero hay dos edificios que, a pesar de su degradado estado, aun permiten mostrar el nivel de grandeza que el lugar alcanzó en su época.
Uno de estos dos edificios es el Templo de Apolo, cuyas monumentales columnas destacan en el centro del santuario.
Templo de Apolo en Delfos (Grecia)
El otro edificio más significativo del santuario lo constituye el Teatro, que en su tiempo acogía obras dramáticas y concursos de lírica.
Cuando nosotros visitamos el lugar un valiente sexagenario se lanzó a mostrar sus dotes de canto y nos confirmó que, además de sus habilidades líricas, la acústica del recinto es espectacular.
Teatro de Delfos (Grecia)
Entre ambos edificios, andando por los diferentes caminos del santuario, uno se puede topar con un singular bloque de piedra que inicialmente puede pasar desapercibido, pero cuya historia tiene orígenes mitológicos. Se trata del Ombligo del Mundo.
Según reza la mitología griega, el dios Zeus soltó dos águilas desde los extremos del universo para que, allí donde cruzaran su vuelo, mostraran el centro del mundo. Pues bien, las rapaces se cruzaron en Delfos y la singular piedra con forma de proyectil indica que ahí está el Centro del Mundo, el ombligo.
Si se continúa ascendiendo por el camino sagrado hacia la parte más alta del Santuario de Apolo se llega hasta otra de las zonas principales del yacimiento, el Gimnasio. En cuyo extenso Estadio tenían lugar eventos deportivos y musicales.
Antiguo Estadio de Delfos (Grecia)
Retrocediendo por el camino andado, hay que salir del recinto en el que se encuentra el Santuario de Apolo y dirigirse carretera abajo (en dirección contraria al pueblo de Delfos) para llegar a los otros dos puntos clave del yacimiento.
Primero nos cruzaremos con la Fuente Kastalia (o lo que queda de ella). Que era la fuente a la que los adoradores de Apolo y los mensajeros enviados de toda la antigua Gracia acudían a purificarse para consultar al Oráculo de Delfos, en busca de ayuda para tomar una decisión sobre un asunto importante.
Fuente Kastalia en el Oráculo de Delfos (Grecia)
El Oráculo, además de ser el propio lugar en que se hacía la consulta, era también como se denominaba la respuesta divina que ofrecía Apolo a los que a Delfos llegaban para buscar consejo. Pero dicho consejo se transmitía a través de sacerdotisas, mujeres de conducta irreprochable que vivían para dar los oráculos.
Pasada la Fuente de Castalia, continuando carretera abajo, al sureste, se llega hasta el último lugar emblemático de yacimiento de Delfos, el Templo de Atenea.
Templo de Athenea en Delfos (Grecia)
Aquí destaca el Tholos, un templo de planta circular rodeado de una columnata, cuyos orígenes se remontan al año 380 a.c. y del que se ha logrado conservar una parte. Representa una de las imágenes más conocidas de Delfos.
Tholos de Delfos (Grecia)
Por último, si con lo visto hasta ahora os ha parecido poco, junto al yacimiento se encuentra el Museo Arqueológico de Delfos. En él podréis encontrar más restos del antiguo santuario, como vasijas, figuras, estatuas, restos arquitectónico o artesanía elaborada con metales preciosos. Pero para su visita hay que pagar una nueva entrada.
Aunque mucha gente opta por alquilar un coche, como indicábamos al principio, nosotros llegamos a Delfos en autobús desde Atenas.
Los autobuses con el recorrido de Atenas-Delfos salen desde la Terminal B de Atenas y tienen varios horarios: 07:30, 10:30, 14:30 y 18:15 (a fecha de mayo de 2013).
El billete de ida nos costó 15,10 € y, saliendo en el de las 18:15 p.m, tardamos unas 3 horas para llegar hasta Delfos.
Hay muchas opciones de alojamiento en Delfos, pero nosotros recomendamos alojarse en los que se ubican en la parte más alta de la ciudad. ¿La razón?, pues, porque tienen mejores vistas sobre el fondo del valle que llega hasta la Bahía de Itea, en el Golfo de Corinto.
¡Un consejo!…junto a la parada de autobuses hay un restaurante, que hace de estación de autobuses y de oficina postal, y su dueño tiene uno de los mejores hoteles de la ciudad en la parte alta. La habitaciones de este hotel disponen de terraza y grandes vistas al valle y. si os alojáis allí, el dueño os subirá en su coche desde su restaurante hasta el hotel (lo cual agradeceréis) y os ofrecerá buenos consejos sobre la zona.
Vistas desde Delfos sobre la Bahía de Itea (Grecia)
Nosotros nos alojamos en dicho hotel por 37 € (habitación doble con terraza al valle) en el mes de mayo.
Se trata del Airon Hotel que, si os interesa, podéis confirmar su disponibilidad y gestionar una reserva con antelación a vuestro viaje haciendo click «Aquí«. Os dará acceso a la web que usamos nosotros y si utilizáis dicho enlace para vuestra reserva, en este hotel u otro de vuestro agrado, os lo agradeceremos. 😉
Para salir de Delfos en autobús hay que comprar los billetes en el restaurante que antes os indicábamos que hace también las veces de estación de autobuses y de oficina postal.
Si vuestra intención es ir desde Delfos a Meteora, os tenemos avisamos que el trayecto en autobús es largo y pesado. Os llevará más de medio día y requerirá hacer paradas intermedias y cambios de autobús en varios puntos del recorrido.
En concreto, nosotros hicimos la siguiente ruta para ir desde Delfos a Kalambaka, la entrada a Meteora:
– Salida de Delfos a las 15:15 horas con dirección a Lamia (9,10 € por persona),
– Salida de Lamia a las 18:15 horas con dirección a Trikala (11,80 € por persona),
– Salida de Trikala a las 20:15 horas con dirección Kalambaka – Meteora (2,30 € por persona).
En resumen, prácticamente 6 horas de viaje y algo más de 23 € en billetes de autobús. ¡Pero mereció la pena!
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