La Villa de Ledesma (Salamanca) es un remanso de paz a orillas del río Tormes. Un pequeño pueblo con encanto medieval perfecto para pasear con calma y deleitarse con su legado histórico, su entorno fluvial y su buena gastronomía popular del recetario castellano de toda la vida.
Declarada Conjunto Histórico-Artístico, es un lugar perfecto para vivir una experiencia en un entorno rural sin aglomeraciones, alejados del bullicio y en plena naturaleza. Ideal para desconectar de la rutina y disfrutar de la vida rural en uno de los pueblos más bonitos de Castilla y León.
Ledesma (Salamanca)Contenido
Ledesma es una villa para ser descubierta paseando, para perderse por su coqueto entramado medieval, perfectamente señalizado, e ir encontrándose con su historia paso a paso y calle a calle. Es decir, es un pueblo estupendo para gastar suelas.
Existe un detallado itinerario turístico que, a través de una ruta circular por el centro histórico, acerca al viajero a cada uno de los principales puntos de interés de la localidad. Incluyendo el Centro de Interpretación de la historia de Ledesma.
Como bien recoge el itinerario señalizado, gracias al paso de vetones, romanos, musulmanes y cristianos por Ledesma, se pueden visitar durante el recorrido numerosos bienes culturales.
A destacar un vetusto menhir junto al río, el monumento más antiguo de la localidad, y un desgastado verraco de piedra heredado del antiguo castro vetón que existió en la localidad antes de la llegada de los romanos. Estos últimos llamaron Blestia al antiguo castro vetón, antes de pasar a ser Ledesma finalmente.
Ledesma (Salamanca)Pero el mayor número de elementos visitables pertenecen a la época medieval. Como la antigua Muralla (s.XII), que bordea el centro histórico, la Iglesia de Santa María la Mayor (s. XV-XVI), un robusto templo de sillería de granito, la Iglesia románica de Santa Elena (s.XII) o la Iglesia de San Miguel, que acoge el centro de interpretación y también cuenta con elementos del románico.
Mirador en la antigua muralla de Ledesma (Salamanca)Al margen de estos elementos destacados también cobran especial importancia las propias calles de la localidad, con sus estrechas calzadas e interesantes casas palaciegas con trabajadas fachadas de piedra.
El granito florece por todos los rincones del entorno de Ledesma y desde tiempos antiguos ha sido aprovechado para levantar el pueblo.
Iglesia románica de Santa Elena (Ledesma)Mucha piedra se puede ver también en los numerosos puentes que cruzan el río Tormes para comunicar la villa a ambas orillas. Ledesma dice ser tierra de puentes y, para muestra de ello, es posible visitar a pie o contemplar desde los miradores de la muralla su gran variedad de viaductos.
Hay puentes de épocas bien distintas y de diverso interés artístico que, en algunos casos, se han levantado sobre otros más antiguos. Es el caso del Puente Medieval (s. XV), que muy posiblemente se levanta sobre uno anterior romano.
Otros puentes de interés en la localidad son el Puente Mocho, declarado bien de interés cultural, el Puente de Peña Serracín, el Puente de Santo Domingo o el Puente Viejo.
Puentes de Ledesma sobre el río Tormes (Salamanca)Pero tan importantes son los puentes como lo es el río que cruzan y, en este enclave, el río Tormes es un elemento natural clave en la historia de Ledesma. Sirvió como elemento defensivo en el pasado, ha sido fuente de riqueza y ahora es elemento destacado del patrimonio natural y recreativo de la localidad.
En el cauce del Tormes aún quedan restos de viejos molinos, aceñas, batanes y tenerías que dieron de comer a los ledesminos durante mucho tiempo. Pero los antiguos oficios que se llevaban a cabo en el río han desaparecido para dar paso a actividades más pensadas para el ocio y olvidarse de la rutina laboral.
Río Tormes a su paso por Ledesma (Salamanca)Ahora la ribera del Tormes en Ledesma acoge un merendero a la sombra de una chopera, senderos y caminos para pasear, ir en bici y practicar el senderismo, y una pequeña playa fluvial (Playa de Carnaceda).
Más allá del río todo es campo, con buenas extensiones de dehesa. Un espacio perfecto para oxigenar el cuerpo con aire limpio en pleno Campo Charro.
Así que, sumando todo esto, hay suficientes elementos para pasar una buena jornada o varias en la antigua Blestia a lo largo de todo el año. Porque cada estación tiene su encanto y ofrece diferentes posibilidades para disfrutar de la localidad y sus inmediaciones.
El buen comer es otro de los buenos argumentos para acercarse a este pueblo salmantino. En su término hay buenos ejemplos gastronómicos para disfrutar la cocina popular castellana a base de buena materia prima y recetas tradicionales.
Uno de nuestros lugares favoritos para comer, y más populares del pueblo, es la Taberna La Fernandica (Plaza Santa Elena s/n). Un establecimiento poco común y de los que ya casi no quedan.
Aquí se puede comer hasta templarse, especialmente de buenos platos de cuchara y carnes, y el que se deja algo en el plato ofende. Las cantidades son generosas, tanto como la amabilidad y la cercanía de los propietarios.
Adentrarse en esta taberna es como volver a la casa de tu abuela. El establecimiento es una antigua casa del pueblo, «acondicionada» modestamente para acoger algunas mesas entre varias estancias de la casa.
Taberna La Fernandica (Ledesma)La taberna está regentada por una familia, que trata a los comensales como si fueran parte de ella, y sus guisos se preparan a lo grande, sin escatimar, de forma humilde y siguiendo las recetas de toda la vida.
Los platos se llenan hasta el borde y siempre queda en la mesa la perola para el que quiere repetir hasta reventar. Imposible salir con hambre del lugar.
Las pochas, los quesos, la patatas revolconas, el vino de pitarra, el cochifrito, los chuletones, los flanes, la tarta de queso…todo a lo grande para darse un buen homenaje a precios moderados.
La Fernandica es un restaurante muy popular en la zona, gracias al boca a boca, y suele estar bastante lleno. Así que conviene reservar con tiempo para asegurarse una mesa en este rincón gastronómico tradicional.
Al margen de este establecimiento, para sentarse a mesa puesta, no queremos olvidarnos de otros importantes elementos típicos de la gastronomía local que se pueden adquirir si se visita Ledesma. Nos referimos a sus hornazos, rosquillas, perronillas o mantecados. Productos muy típicos en la provincia de Salamanca que también se pueden comprar en las tiendas de repostería y panadería local.
Ledesma cuenta con hoteles, posadas, alguna casa rural, un albergue turístico e incluso un balneario. Así que podemos decir que cuenta con posibilidades de alojamiento para todos los gustos y bolsillos.
Nosotros no hicimos noche en la localidad, por lo que no podemos recomendar ningún establecimiento hotelero en concreto. Pero sí tuvimos la posibilidad de conocer un alojamiento extraordinario muy cerca, en la vecina localidad de Valverdón (a 20 Km).
Allí se encuentra una antigua Hacienda con más de 700 años de historia que ha sido reconvertida en hotel, spa, bodega, Restaurante y granja ecológica. Se trata de la Hacienda Zorita que, levantada sobre el mismo Tormes, está pensada para darse un buen capricho. No es la opción más barata en la zona, ni está en la propia Ledesma, pero sí es una de las opciones que ofrece la experiencia más completa.
Centro histórico de Ledesma (Salamanca)Acercarse a Salamanca capital, a 35 Km, es prácticamente una obligación si se dispone de tiempo. Aunque, por lo general, suele ocurrir al contrario, Ledesma suele ser una buena escapada desde la monumental Salamanca.
La también monumental Ciudad Rodrigo se encuentra a una hora (78 Km), el Parque Natural de los Arribes del Duero y el Pozo de los Humos también están a una hora en coche (70 Km) y algo más lejos, a hora y media, se encuentra nuestro rincón favorito en la provincia salmantina; las Comarcas de Sierra de Francia y Entresierras.
Comentarios